Bueno,
A todos los que habéis ido compartiendo poco a poco las vivencias y opiniones de este blog, comunicaros que me retiro por vacaciones hasta Septiembre, espero volver con las pilas cargadas y ante todo daros las gracias a todos por vuestros comentarios y atención, que no siempre merezco.
Un saludo cordial de Ender....
29.7.09
28.7.09
Manifiesto
Yo Ender, como ciudadano en pleno uso de sus facultades mentales y en posesión de la mayoría de edad. Perteneciente a la clase media que madruga para trabajar por un sueldo que en ningún modo se corresponde con su formación, manifiesta:
- Estar harto de la injusticia de la Ley Electoral española, con el paso del tiempo te das cuenta de que ninguno de los partidos importantes la va a cambiar ya que les favorece en sobremedida. Por lo menos que tengan el valor de decirlo y no mentir cada cuatro años en este aspecto.
- Estar harto del mamoneo y el servilismo al que se somete a la justicia en España, que a los vocales del CGPJ los nombren los diputados y senadores de los partidos con representación en Congreso y Senado, es, cuando menos, sospechoso.
- Estar harto de las dos Españas (progres y fachas), a mi me la sopla completamente si uno es de izquierdas o de derechas, lo único que me importa es que me respeten y apliquen ciertas normas de sentido común. El muro de Berlín cayó hace algún tiempo, y Franco hace también algún tiempo que está enterrado. No me interesan.
- Estar harto de comprobar como el litoral mediterráneo ha sido sistemáticamente masacrado por ambos partidos mayoritarios, tanto en gobiernos locales, como autonómicos, como en el gobierno de la nación. Y que encima te traten como si fueras de otro planeta cuando planteas estas cuestiones, ya que el urbanismo, según con quien hables es un síntoma de progreso.
- Estar harto de pagar una autopista que está amortizada hace años.
- Estar harto del victivismo al que se han acostumbrado algunos políticos, centrados en la máxima "la culpa es del otro" o "los otros son peores". A mí me parecen la misma porquería pero con diferente olor. Todavía hay gente que te dice "tambien hay gente honrada trabajando en política", hombre, faltaría más. Como en todos los oficios los hay buenos y malos, el problema es la exigencia, que me parece que no es la misma.
- Estar harto de que me traten como si fuera subnormal y que me den argumentos que en ocasiones harían sonrojecer a una persona medianamente preparada. Se les paga para saber gestionar un patrimonio y unos ingresos públicos, a mí, eso es lo que más me importa.
- Estar harto de ver a unos sindicatos acomodados y subvencionados por dinero público. Que encima no hacen su trabajo.
- Estar harto de la lista de espera en la Seguridad Social.
- Estar muy harto de las juventudes y las bases de los partidos, parece que la capacidad de raciocinio la perdieron el día que asumieron el credo respectivo.
Estar harto de muchas más cosas, pero claro, me podría pasar meses enumerando la cantidad de tomaduras de pelo a las que nos someten los grandes pensadores de este país. Los grandes partidos se han convertido en grandes agencias de colocación, y, el que no lo quiera ver, es que está un poco ciego.
Por cierto, también estoy muy harto de ZP y de Rajoy.
- Estar harto de la injusticia de la Ley Electoral española, con el paso del tiempo te das cuenta de que ninguno de los partidos importantes la va a cambiar ya que les favorece en sobremedida. Por lo menos que tengan el valor de decirlo y no mentir cada cuatro años en este aspecto.
- Estar harto del mamoneo y el servilismo al que se somete a la justicia en España, que a los vocales del CGPJ los nombren los diputados y senadores de los partidos con representación en Congreso y Senado, es, cuando menos, sospechoso.
- Estar harto de las dos Españas (progres y fachas), a mi me la sopla completamente si uno es de izquierdas o de derechas, lo único que me importa es que me respeten y apliquen ciertas normas de sentido común. El muro de Berlín cayó hace algún tiempo, y Franco hace también algún tiempo que está enterrado. No me interesan.
- Estar harto de comprobar como el litoral mediterráneo ha sido sistemáticamente masacrado por ambos partidos mayoritarios, tanto en gobiernos locales, como autonómicos, como en el gobierno de la nación. Y que encima te traten como si fueras de otro planeta cuando planteas estas cuestiones, ya que el urbanismo, según con quien hables es un síntoma de progreso.
- Estar harto de pagar una autopista que está amortizada hace años.
- Estar harto del victivismo al que se han acostumbrado algunos políticos, centrados en la máxima "la culpa es del otro" o "los otros son peores". A mí me parecen la misma porquería pero con diferente olor. Todavía hay gente que te dice "tambien hay gente honrada trabajando en política", hombre, faltaría más. Como en todos los oficios los hay buenos y malos, el problema es la exigencia, que me parece que no es la misma.
- Estar harto de que me traten como si fuera subnormal y que me den argumentos que en ocasiones harían sonrojecer a una persona medianamente preparada. Se les paga para saber gestionar un patrimonio y unos ingresos públicos, a mí, eso es lo que más me importa.
- Estar harto de ver a unos sindicatos acomodados y subvencionados por dinero público. Que encima no hacen su trabajo.
- Estar harto de la lista de espera en la Seguridad Social.
- Estar muy harto de las juventudes y las bases de los partidos, parece que la capacidad de raciocinio la perdieron el día que asumieron el credo respectivo.
Estar harto de muchas más cosas, pero claro, me podría pasar meses enumerando la cantidad de tomaduras de pelo a las que nos someten los grandes pensadores de este país. Los grandes partidos se han convertido en grandes agencias de colocación, y, el que no lo quiera ver, es que está un poco ciego.
Por cierto, también estoy muy harto de ZP y de Rajoy.
27.7.09
gibraltar, ceuta y melilla
Puede que lo que vaya a decir a continuación no guste a mucha gente, pero en virtud de algunas tonterías que he escuchado en semanas anteriores, me gustaría dejar clara mi opinión e lo que se refiere a la comparación entre la situación de Gibraltar y la de las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Mis argumentos se basan en la historia de los tres territorios, y en algunas consideraciones de derecho internacional. Evidentemente y según mi perspectiva, se trata más de una cuestión de rigor histórico y legal que una cuestión de opiniones basadas en nacionalismos o antinacionalismos (que es lo que me he venido encontrando en semanas pasadas).
Empecemos por Gibraltar, después de la dominación por el Califato Omeya, pasa a integrarse en la Corona de Castilla en el siglo XV. Sin embargo la Roca fué ocupada en la guerra de Sucesión española por los ingleses que apoyaban al archiduque Carlos, de modo que se transfirió su Soberanía en el Tratado de Utrecht, en el siglo XVIII. España nunca renunció a este territorio, y fruto de su empecinamiento se produjeron varios asedios a la ciudad durante el siglo XVIII con el resultado desfavorable para las tropas españolas. En 1830, ya en el siglo XIX se convierte oficialmente en Colonia británica y los ingleses aprovechan la excusa de la instalación de un hospital militar, para hacerse con una parte del istmo que hasta entonces se había considerado zona neutral.
A principios de la década de 1960, el gobierno español planteó la situación de Gibraltar ante el comité de descolonización de las Naciones Unidas, siendo adoptadas por la Asamblea General las resoluciones 2231, de 1966, y 2353, de 1967, por las que se instaba al inicio de conversaciones entre España y Gran Bretaña para poner fin a la situación "colonial" de Gibraltar, salvaguardando los intereses del pueblo gibraltareño. En respuesta a estas resoluciones, las autoridades de Gibraltar apelaron al derecho a la autodeterminación y el Reino Unido organizó un referéndum en 1967 para los gibraltareños. En 1969, la constitución otorgada por el gobierno británico estableció el cambio en el estatus de la colonia, transformada en un Territorio Británico de Ultramar (British Overseas Territory). El nuevo marco estableció también la transferencia de los asuntos internos al ejecutivo local, elegido por los propios gibraltareños, mientras que se reservaban exclusivamente al representante del gobierno de la corona los asuntos externos y de defensa.
Como se puede observar, la presión tanto diplomática como militar, por parte de España ha sido constante para recuperar el Peñón.
Supongo que nos ya habría vuelto a sus manos originales si las condiciones de vida de los gibraltareños mejoraran un ápice. Ellos mientran puedan seguir siendo un paraiso fiscal y llevar un ritmo de vida altísimo gracias a las inversiones británicas en el Peñón, no creo que decidan volver por su propio pie, de todas formas, en mi humilde opinión, considero a Gibraltar una colonia de 28,000 habitantes y que en un proceso normal de descolonización debería de haber vuelto a manos españolas hace ya algún tiempo.
Ceuta y Melilla, son casos que me parecen completamente distintos. Siempre han pertenecido a alguno de los reinos ibericos desde el siglo XV y6 anteriormente habían pertenecido a algún Califato Peninsular o a alguno de los reinos de Taifas posteriores. Ninguna de las dos ciudades autónomas han pertenecido nunca a otro Estado y el argumento que utilizan los más atrevidos para reclamar su paso a dominio marroquí es de lo más absurdo, se basan en el principio de integridad territorial por proximidad geográfica. Teniendo en cuenta que las dos ciudades autónomas nunca se han encontrado integradas (por lo menos en los últimos 700 años) en algo parecido a un estado, me parece bastante atrevido, pretender que pertenecen a Marruecos.
La guerra de Melilla ( a inicios del siglo XX) es la única reivindicación seria por parte del estado norteafricano sobre la soberanía de esta parte del territorio, sin embargo, esta guerra se ganó más a los rifeños que a los marroquíes, ya que, la autoridad del sultán de marruecos nunca se había admitido por parte de los rifeños (a día de hoy, el rif es una zona non grata para los monarcas marroquíes).
Siguiendo el principio de integración territorial y de pertenecia a un estado, que esgrimen los marroquíes, tendría más sentido que Portugal volviera a formar parte de España que, estas dos ciudades autónomas formaran parte de marruecos (sería una novedad).
Puede que otro día podamos hablar del Sáhara, como ejemplo de integración territorial en Marruecos.....(en sentido figurado).
Empecemos por Gibraltar, después de la dominación por el Califato Omeya, pasa a integrarse en la Corona de Castilla en el siglo XV. Sin embargo la Roca fué ocupada en la guerra de Sucesión española por los ingleses que apoyaban al archiduque Carlos, de modo que se transfirió su Soberanía en el Tratado de Utrecht, en el siglo XVIII. España nunca renunció a este territorio, y fruto de su empecinamiento se produjeron varios asedios a la ciudad durante el siglo XVIII con el resultado desfavorable para las tropas españolas. En 1830, ya en el siglo XIX se convierte oficialmente en Colonia británica y los ingleses aprovechan la excusa de la instalación de un hospital militar, para hacerse con una parte del istmo que hasta entonces se había considerado zona neutral.
A principios de la década de 1960, el gobierno español planteó la situación de Gibraltar ante el comité de descolonización de las Naciones Unidas, siendo adoptadas por la Asamblea General las resoluciones 2231, de 1966, y 2353, de 1967, por las que se instaba al inicio de conversaciones entre España y Gran Bretaña para poner fin a la situación "colonial" de Gibraltar, salvaguardando los intereses del pueblo gibraltareño. En respuesta a estas resoluciones, las autoridades de Gibraltar apelaron al derecho a la autodeterminación y el Reino Unido organizó un referéndum en 1967 para los gibraltareños. En 1969, la constitución otorgada por el gobierno británico estableció el cambio en el estatus de la colonia, transformada en un Territorio Británico de Ultramar (British Overseas Territory). El nuevo marco estableció también la transferencia de los asuntos internos al ejecutivo local, elegido por los propios gibraltareños, mientras que se reservaban exclusivamente al representante del gobierno de la corona los asuntos externos y de defensa.
Como se puede observar, la presión tanto diplomática como militar, por parte de España ha sido constante para recuperar el Peñón.
Supongo que nos ya habría vuelto a sus manos originales si las condiciones de vida de los gibraltareños mejoraran un ápice. Ellos mientran puedan seguir siendo un paraiso fiscal y llevar un ritmo de vida altísimo gracias a las inversiones británicas en el Peñón, no creo que decidan volver por su propio pie, de todas formas, en mi humilde opinión, considero a Gibraltar una colonia de 28,000 habitantes y que en un proceso normal de descolonización debería de haber vuelto a manos españolas hace ya algún tiempo.
Ceuta y Melilla, son casos que me parecen completamente distintos. Siempre han pertenecido a alguno de los reinos ibericos desde el siglo XV y6 anteriormente habían pertenecido a algún Califato Peninsular o a alguno de los reinos de Taifas posteriores. Ninguna de las dos ciudades autónomas han pertenecido nunca a otro Estado y el argumento que utilizan los más atrevidos para reclamar su paso a dominio marroquí es de lo más absurdo, se basan en el principio de integridad territorial por proximidad geográfica. Teniendo en cuenta que las dos ciudades autónomas nunca se han encontrado integradas (por lo menos en los últimos 700 años) en algo parecido a un estado, me parece bastante atrevido, pretender que pertenecen a Marruecos.
La guerra de Melilla ( a inicios del siglo XX) es la única reivindicación seria por parte del estado norteafricano sobre la soberanía de esta parte del territorio, sin embargo, esta guerra se ganó más a los rifeños que a los marroquíes, ya que, la autoridad del sultán de marruecos nunca se había admitido por parte de los rifeños (a día de hoy, el rif es una zona non grata para los monarcas marroquíes).
Siguiendo el principio de integración territorial y de pertenecia a un estado, que esgrimen los marroquíes, tendría más sentido que Portugal volviera a formar parte de España que, estas dos ciudades autónomas formaran parte de marruecos (sería una novedad).
Puede que otro día podamos hablar del Sáhara, como ejemplo de integración territorial en Marruecos.....(en sentido figurado).
Sea Shepherd
Fundada en 1977, la Sea Shepherd Conservation Society (SSCS) es una organización ecologista internacional sin ánimo de lucro por la conservación de la fauna marina, cuya misión es acabar con la destrucción del hábitat y la matanza de la fauna en los océanos del mundo con el fin de proteger y conservar el ecosistema y las especies. Sea Shepherd usa innovadoras tácticas de acción directa para investigar, documentar y actuar cuando sea necesario sacar a la luz y enfrentarse a actividades ilegales que se dan lugar en alta mar. Salvaguardando la biodiversidad de nuestros precariamente equilibrados ecosistemas oceánicos, Sea Shepherd trabaja para asegurar su supervivencia para futuras generaciones.
"Piratas ecológicos" trata sobre la polémica industria ballenera y las
tácticas que la organización ecologista radical Sea Sheperd utiliza para
intentar interferir en sus operaciones. La serie narra el viaje de este
grupo ecologista durante tres meses por las heladas aguas antárticas hasta
el extremo sur del planeta. Acompañaremos a este equipo en sus emocionantes
aventuras y mostraremos cómo el barco Sea Sheperd toma medidas contra lo
que considera operaciones balleneras ilegales. La lucha de esta organización
ecologista para erradicar la caza de ballenas de buques japoneses en alta
mar, interpretada por algunos países y organizaciones como legal, hace uso
de algunas técnicas agresivas, como embestir e intentar inutilizar los
buques balleneros, dificultar el procesamiento de los cuerpos de las
ballenas y abordar y dispersar las flotas de los buques balleneros.
"Piratas ecológicos" trata sobre la polémica industria ballenera y las
tácticas que la organización ecologista radical Sea Sheperd utiliza para
intentar interferir en sus operaciones. La serie narra el viaje de este
grupo ecologista durante tres meses por las heladas aguas antárticas hasta
el extremo sur del planeta. Acompañaremos a este equipo en sus emocionantes
aventuras y mostraremos cómo el barco Sea Sheperd toma medidas contra lo
que considera operaciones balleneras ilegales. La lucha de esta organización
ecologista para erradicar la caza de ballenas de buques japoneses en alta
mar, interpretada por algunos países y organizaciones como legal, hace uso
de algunas técnicas agresivas, como embestir e intentar inutilizar los
buques balleneros, dificultar el procesamiento de los cuerpos de las
ballenas y abordar y dispersar las flotas de los buques balleneros.
15.7.09
Capitalismo responsable
Australia es un modelo a imitar por muchos países occidentales. Un extraño caso de capitalismo económico con sensibilidad humana, que no solo premia a los ricos sino que también es generoso con los más desfavorecidos de la sociedad. Existe una gran conciencia social y toda una red comunitaria a cargo de un estado benefactor encargado de cuidar y proteger a los más débiles.
De entrada, cuando un australiano cumple dieciocho años, ya es apto para cobrar el seguro de desempleo. Cualquier ciudadano puede cobrar el paro sin necesidad de haber trabajado antes, sin haber cotizado. Sólo debes estar activamente buscando trabajo. Son al cambio como 600 Euros al mes, suficiente para pagarte la renta y la manutención. De esta manera, los jóvenes se pueden independizar pronto de casa, los vagabundos optan a un techo y los artistas dan rienda suelta a su creatividad con las mínimas necesidades cubiertas por el estado. Los ladrones se lo piensan dos veces el ir a robar. Y con un bajo índice de criminalidad, los ricos pueden pasear en sus fastuosos cochazos sin temor a ser asaltados. Una sencilla fórmula que satisface a todos.
Al jubilarse, los australianos disponen de una pensión mínima asegurada. Aparte, existe lo que se llama superannuation o jubilación. Es un fondo que durante su vida laboral se ha formado con las aportaciones del empresario para el que uno trabaja y del mismo trabajador. Cuando llega la hora de retirarse, este fondo les proporciona un ingreso extra a modo de inversión o bien pueden cobrar todo el dinero de golpe. Una interesante strategia de inversión regulada por el gobierno destinada a fomentar el ahorro con innumerables ventajas fiscales. De esta manera, toda persona tiene garantizada una vejez confortable.
De entrada, cuando un australiano cumple dieciocho años, ya es apto para cobrar el seguro de desempleo. Cualquier ciudadano puede cobrar el paro sin necesidad de haber trabajado antes, sin haber cotizado. Sólo debes estar activamente buscando trabajo. Son al cambio como 600 Euros al mes, suficiente para pagarte la renta y la manutención. De esta manera, los jóvenes se pueden independizar pronto de casa, los vagabundos optan a un techo y los artistas dan rienda suelta a su creatividad con las mínimas necesidades cubiertas por el estado. Los ladrones se lo piensan dos veces el ir a robar. Y con un bajo índice de criminalidad, los ricos pueden pasear en sus fastuosos cochazos sin temor a ser asaltados. Una sencilla fórmula que satisface a todos.
Al jubilarse, los australianos disponen de una pensión mínima asegurada. Aparte, existe lo que se llama superannuation o jubilación. Es un fondo que durante su vida laboral se ha formado con las aportaciones del empresario para el que uno trabaja y del mismo trabajador. Cuando llega la hora de retirarse, este fondo les proporciona un ingreso extra a modo de inversión o bien pueden cobrar todo el dinero de golpe. Una interesante strategia de inversión regulada por el gobierno destinada a fomentar el ahorro con innumerables ventajas fiscales. De esta manera, toda persona tiene garantizada una vejez confortable.
13.7.09
mentalidad de funcionario
El otro día estuve tratando con un par de amigos el tema de trabajar en el sector público o el privado, ni que decir tiene que los puntos de vista eran completamente opuestos, sin embargo había una cosa en la que todos coincidíamos, que en este bendito país es un chollazo trabajar para el estado, ya sea en educación (sobre todo) o en otros ámbitos estatales. A continuación reproduzco una noticia aparecida en el diario 20 minutos hace algún tiempo:
Me rindo, habéis ganado
JUAN JOSÉ SÁNCHEZ FERNÁNDEZ. 10.02.2009
Llevo ocho años trabajando en un Juzgado de Madrid practicando notificaciones,embargos y alzamientos.Llego a las 7.30 y me voy a las 14.30 cumpliendo mi horario a pesar de las sonrisitas de la mayoría que me rodea, que vienen de 9.00 a 14.00.
Mi trabajo va al día a pesar de la falta de medios de la que se habla y no he tenido ningún expediente ni queja.La mayoría de mis "compañeros" trabajan cuatro horas escasas y se quejan tanto y han conseguido que el retraso empiece a ser tan alarmante que se ha pedido que se incremente la plantilla.
Mañana llegaré a las 9, no puedo más
Todos los días me sobra tiempo para trabajar más y estoy seguro que si nos pagaran por productividad nos matariamos por las diligencias.Hoy me rindo, me hago de vuestro bando porque habéis ganado.No existe la justicia ni en los Juzgados. No creo en este mundo y culpables todos ,desde nosotros hasta los partidos políticos. Mañana llegaré a las nueve. No puedo más.
A mí no me resulta extraño el oir, frases como: "haga más o haga menos a mí me van a pagar lo mismo"; "ya tengo un sueldo para toda la vida".....
El sector público debería de empezar a reestructurarse laboralmente, la descompensación entre el sector público y el privado es abismal a nivel laboral. Tengamos en cuenta que si dividimos el sueldo por hora trabajada, los funcionarios públicos, suelen salir ganadores en comparación con sus homólogos del sector privado. Lo peor de todo ésto es que se está instalando en la sociedad la percepción de que trabajar para el Estado es un chollo, trabajas poco, te pagan bien, y, no te pueden echar a la calle a no ser que nos encontremos con casos flagrantes, que merecen un despido inmediato. Teniendo en cuenta que la productividad en el sector público es mucho más baja que en el sector privado, y que, en cierta medida es el sector privado el que financia al público, me parece que las cosas deberían de cambiar cuanto antes mejor.
Yo no quiero que mis hijos me digan que no tienen vocación de profesores, pero que como trabajan poco y tienen un sueldo seguro pues bueno, nos sacamos la plaza y ya veremos... esa manera de pensar, no creo que sea buena a nivel de realización personal, es una visión práctica y economicista de la vida que yo no estoy dispuesto a apoyar.
El funcionario, al fin y al cabo ha pasado un examen para demostrar su aptitud ante el puesto que va a afrontar, sin embargo, considero, que una persona que trabaja para el Estado y que ha demostrado sus aptitudes teóricas, posteriormente debe de demostrar su capacidad de trabajo como todos aquellos que procuran dar lo mejor de ellos mismos en la empresa privada.
Yo no creo que el pasar un exámen te de derecho a tomarte descansos de una hora para almorzar de diez y media a once y media, ni que te permita acortar tu jornada laboral una horita, simplemente porque nadie te controla.
En Italia se están planteando meter en la cárcel a los funcionarios que no van a trabajar sin motivos justificados, ya que, consideran que están robando al Estado. Dicen tomar estas medidas debido al nivel de absentismo laboral que manejan....
España tiene una superpoblación funcionarial, una superestructura político-administrativa, y, sin embargo, la gestión pública suele ser muy ineficaz....
Supongo que ese sí es un mercado laboral a reformar urgentemente..
Me rindo, habéis ganado
JUAN JOSÉ SÁNCHEZ FERNÁNDEZ. 10.02.2009
Llevo ocho años trabajando en un Juzgado de Madrid practicando notificaciones,embargos y alzamientos.Llego a las 7.30 y me voy a las 14.30 cumpliendo mi horario a pesar de las sonrisitas de la mayoría que me rodea, que vienen de 9.00 a 14.00.
Mi trabajo va al día a pesar de la falta de medios de la que se habla y no he tenido ningún expediente ni queja.La mayoría de mis "compañeros" trabajan cuatro horas escasas y se quejan tanto y han conseguido que el retraso empiece a ser tan alarmante que se ha pedido que se incremente la plantilla.
Mañana llegaré a las 9, no puedo más
Todos los días me sobra tiempo para trabajar más y estoy seguro que si nos pagaran por productividad nos matariamos por las diligencias.Hoy me rindo, me hago de vuestro bando porque habéis ganado.No existe la justicia ni en los Juzgados. No creo en este mundo y culpables todos ,desde nosotros hasta los partidos políticos. Mañana llegaré a las nueve. No puedo más.
A mí no me resulta extraño el oir, frases como: "haga más o haga menos a mí me van a pagar lo mismo"; "ya tengo un sueldo para toda la vida".....
El sector público debería de empezar a reestructurarse laboralmente, la descompensación entre el sector público y el privado es abismal a nivel laboral. Tengamos en cuenta que si dividimos el sueldo por hora trabajada, los funcionarios públicos, suelen salir ganadores en comparación con sus homólogos del sector privado. Lo peor de todo ésto es que se está instalando en la sociedad la percepción de que trabajar para el Estado es un chollo, trabajas poco, te pagan bien, y, no te pueden echar a la calle a no ser que nos encontremos con casos flagrantes, que merecen un despido inmediato. Teniendo en cuenta que la productividad en el sector público es mucho más baja que en el sector privado, y que, en cierta medida es el sector privado el que financia al público, me parece que las cosas deberían de cambiar cuanto antes mejor.
Yo no quiero que mis hijos me digan que no tienen vocación de profesores, pero que como trabajan poco y tienen un sueldo seguro pues bueno, nos sacamos la plaza y ya veremos... esa manera de pensar, no creo que sea buena a nivel de realización personal, es una visión práctica y economicista de la vida que yo no estoy dispuesto a apoyar.
El funcionario, al fin y al cabo ha pasado un examen para demostrar su aptitud ante el puesto que va a afrontar, sin embargo, considero, que una persona que trabaja para el Estado y que ha demostrado sus aptitudes teóricas, posteriormente debe de demostrar su capacidad de trabajo como todos aquellos que procuran dar lo mejor de ellos mismos en la empresa privada.
Yo no creo que el pasar un exámen te de derecho a tomarte descansos de una hora para almorzar de diez y media a once y media, ni que te permita acortar tu jornada laboral una horita, simplemente porque nadie te controla.
En Italia se están planteando meter en la cárcel a los funcionarios que no van a trabajar sin motivos justificados, ya que, consideran que están robando al Estado. Dicen tomar estas medidas debido al nivel de absentismo laboral que manejan....
España tiene una superpoblación funcionarial, una superestructura político-administrativa, y, sin embargo, la gestión pública suele ser muy ineficaz....
Supongo que ese sí es un mercado laboral a reformar urgentemente..
8.7.09
pobre imbecil
Este fin de semana leí un artículo de opinión de un personaje que no merece ni siquiera que nombre, el pobre miserable escribía un artículo de opinión atacando a un muerto y lo que, a mi corto entender, me parece todavía más rastrero, obviando la objetividad propia de una persona que se considera periodista.
Estoy acostumbrado a ver a numerosos "creadores de opinión", "articulistas" y "colaboradores" varios, hablar y comentar todo aquello que se les pone por delante, utilizando la política de tierra quemada, es decir, suelto todas las chorradas que se me vienen a la cabeza y luego, no me acuerdo de nada o, me desdigo.
Siempre he creído que el imbecil no nace, sino que se hace, con el paso del tiempo, las frustraciones propias, los deseos sin alcanzar, la envidia, el miedo a los demás.... pueden llevar a una persona normal a convertirse en un completo imbécil. Éste articulista del Levante hace tiempo que ha ido madurando y se ha convertido en una especie de estereotipo con patas, evidentemente él no ve más allá de su pequeño mundo, y desde mi punto de vista, el rencor con el que suele escribir sus comentarios suelen dar la medida de su inteligencia. Supongo que después de haber escrito ese artículo, se sentaría satisfecho en su sillón, sin saber que, aunque nadie se lo diga, no es más que un pobre imbécil.
Desde aquí me gustaría enviarle mi más absoluto desprecio, tanto a su artículo, a su opinión y a lo que representa, lo más zafio y paleto de la intelectualidad. Sigue así, que probablemente dentro de algunos años te des cuenta de en qué has desperdiciado tu vida.
Saludos carroñero.
Estoy acostumbrado a ver a numerosos "creadores de opinión", "articulistas" y "colaboradores" varios, hablar y comentar todo aquello que se les pone por delante, utilizando la política de tierra quemada, es decir, suelto todas las chorradas que se me vienen a la cabeza y luego, no me acuerdo de nada o, me desdigo.
Siempre he creído que el imbecil no nace, sino que se hace, con el paso del tiempo, las frustraciones propias, los deseos sin alcanzar, la envidia, el miedo a los demás.... pueden llevar a una persona normal a convertirse en un completo imbécil. Éste articulista del Levante hace tiempo que ha ido madurando y se ha convertido en una especie de estereotipo con patas, evidentemente él no ve más allá de su pequeño mundo, y desde mi punto de vista, el rencor con el que suele escribir sus comentarios suelen dar la medida de su inteligencia. Supongo que después de haber escrito ese artículo, se sentaría satisfecho en su sillón, sin saber que, aunque nadie se lo diga, no es más que un pobre imbécil.
Desde aquí me gustaría enviarle mi más absoluto desprecio, tanto a su artículo, a su opinión y a lo que representa, lo más zafio y paleto de la intelectualidad. Sigue así, que probablemente dentro de algunos años te des cuenta de en qué has desperdiciado tu vida.
Saludos carroñero.
6.7.09
Opinión interesante.
Ayer leí esta página de opinión de Pérez Reverte en un suplemento dominical, y me pareció una visión muy acertada sobre ciertos personajes a los que yo, particularmente, detesto. A veces es bueno saber que hay otros que piensan como tú....
Esa Gentuza
Paso a menudo por la carrera de San Jerónimo, caminando por la acera opuesta a las Cortes, y a veces coincido con la salida de los diputados del Congreso. Hay coches oficiales con sus conductores y escoltas, periodistas dando los últimos canutazos junto a la verja, y un tropel de individuos de ambos sexos, encorbatados ellos y peripuestas ellas, saliendo del recinto con los aires que pueden ustedes imaginar. No identifico a casi ninguno, y apenas veo los telediarios; pero al pájaro se le conoce por la cagada. Van pavoneándose graves, importantes, seguros de su papel en los destinos de España, camino del coche o del restaurante donde seguirán trazando líneas maestras de la política nacional y periférica. No pocos salen arrogantes y sobrados como estrellas de la tele, con trajes a medida, zapatos caros y maneras afectadas de nuevos ricos. Oportunistas advenedizos que cada mañana se miran al espejo para comprobar que están despiertos y celebrar su buena suerte. Diputados, nada menos. Sin tener, algunos, el bachillerato. Ni haber trabajado en su vida. Desconociendo lo que es madrugar para fichar a las nueve de la mañana, o buscar curro fuera de la protección del partido político al que se afiliaron sabiamente desde jovencitos. Sin miedo a la cola del paro. Sin escrúpulos y sin vergüenza. Y en cada ocasión, cuando me cruzo con ese desfile insultante, con ese espectáculo de prepotencia absurda, experimento un intenso desagrado; un malestar íntimo, hecho de indignación y desprecio. No es un acto reflexivo, como digo. Sólo visceral. Desprovisto de razón. Un estallido de cólera interior. Las ganas de acercarme a cualquiera de ellos y ciscarme en su puta madre.
Sé que esto es excesivo. Que siempre hay justos en Sodoma. Gente honrada. Políticos decentes cuya existencia es necesaria. No digo que no. Pero hablo hoy de sentimientos, no de razones. De impulsos. Yo no elijo cómo me siento. Cómo me salta el automático. Algo debe de ocurrir, sin embargo, cuando a un ciudadano de 57 años y en uso correcto de sus facultades mentales, con la vida resuelta, cultura adecuada, inteligencia media y conocimiento amplio y razonable del mundo, se le sube la pólvora al campanario mientras asiste al desfile de los diputados españoles saliendo de las Cortes. Cuando la náusea y la cólera son tan intensas. Eso me preocupa, por supuesto. Sigo caminando carrera de San Jerónimo abajo, y me pregunto qué está pasando. Hasta qué punto los años, la vida que llevé en otro tiempo, los libros que he leído, el panorama actual, me hacen ver las cosas de modo tan siniestro. Tan agresivo y pesimista. Por qué creo ver sólo gentuza cuando los miro, pese a saber que entre ellos hay gente perfectamente honorable. Por qué, de admirar y respetar a quienes ocuparon esos mismos escaños hace veinte o treinta años, he pasado a despreciar de este modo a sus mediocres reyezuelos sucesores. Por qué unas cuantas docenas de analfabetos irresponsables y pagados de sí mismos, sin distinción de partido ni ideología, pueden amargarme en un instante, de este modo, la tarde, el día, el país y la vida.
Quizá porque los conozco, concluyo. No uno por uno, claro, sino a la tropa. La casta general. Los he visto durante años, aquí y afuera. Estuve en los bosques de cruces de madera, en los callejones sin salida a donde llevan sus irresponsabilidades, sus corruptelas, sus ambiciones. Su incultura atroz y su falta de escrúpulos. Conozco las consecuencias. Y sé cómo lo hacen ahora, adaptándose a su tiempo y su momento. Lo sabe cualquiera que se fije. Que lea y mire. Algún día, si tengo la cabeza lo bastante fría, les detallaré a ustedes cómo se lo montan. Cómo y dónde comen y a costa de quién. Cómo se reparten las dietas, los privilegios y los coches oficiales. Cómo organizan entre ellos, en comisiones y visitas institucionales que a nadie importan una mierda, descarados e inútiles viajes turísticos que pagan los contribuyentes. Cómo se han trajinado –ahí no hay discrepancias ideológicas– el privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 años en el escaño, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común. Cómo quienes llegan a ministros tendrán, al jubilarse, sólidas pensiones compatibles con cualquier trabajo público o privado, pensiones vitalicias cuando lleguen a la edad de jubilación forzosa, e indemnizaciones mensuales del 100% de su salario al cesar en el cargo, cobradas completas y sin hacer cola en ventanillas, desde el primer día.
De cualquier modo, por hoy es suficiente. Y se acaba la página. Tenía ganas de echar la pota, eso es todo. De desahogarme dándole a la tecla, y es lo que he hecho. Otro día seré más coherente. Más razonable y objetivo. Quizás. Ahora, por lo menos, mientras camino por la carrera de San Jerónimo, algunos sabrán lo que tengo en la cabeza cuando me cruzo con ellos.
Esa Gentuza
Paso a menudo por la carrera de San Jerónimo, caminando por la acera opuesta a las Cortes, y a veces coincido con la salida de los diputados del Congreso. Hay coches oficiales con sus conductores y escoltas, periodistas dando los últimos canutazos junto a la verja, y un tropel de individuos de ambos sexos, encorbatados ellos y peripuestas ellas, saliendo del recinto con los aires que pueden ustedes imaginar. No identifico a casi ninguno, y apenas veo los telediarios; pero al pájaro se le conoce por la cagada. Van pavoneándose graves, importantes, seguros de su papel en los destinos de España, camino del coche o del restaurante donde seguirán trazando líneas maestras de la política nacional y periférica. No pocos salen arrogantes y sobrados como estrellas de la tele, con trajes a medida, zapatos caros y maneras afectadas de nuevos ricos. Oportunistas advenedizos que cada mañana se miran al espejo para comprobar que están despiertos y celebrar su buena suerte. Diputados, nada menos. Sin tener, algunos, el bachillerato. Ni haber trabajado en su vida. Desconociendo lo que es madrugar para fichar a las nueve de la mañana, o buscar curro fuera de la protección del partido político al que se afiliaron sabiamente desde jovencitos. Sin miedo a la cola del paro. Sin escrúpulos y sin vergüenza. Y en cada ocasión, cuando me cruzo con ese desfile insultante, con ese espectáculo de prepotencia absurda, experimento un intenso desagrado; un malestar íntimo, hecho de indignación y desprecio. No es un acto reflexivo, como digo. Sólo visceral. Desprovisto de razón. Un estallido de cólera interior. Las ganas de acercarme a cualquiera de ellos y ciscarme en su puta madre.
Sé que esto es excesivo. Que siempre hay justos en Sodoma. Gente honrada. Políticos decentes cuya existencia es necesaria. No digo que no. Pero hablo hoy de sentimientos, no de razones. De impulsos. Yo no elijo cómo me siento. Cómo me salta el automático. Algo debe de ocurrir, sin embargo, cuando a un ciudadano de 57 años y en uso correcto de sus facultades mentales, con la vida resuelta, cultura adecuada, inteligencia media y conocimiento amplio y razonable del mundo, se le sube la pólvora al campanario mientras asiste al desfile de los diputados españoles saliendo de las Cortes. Cuando la náusea y la cólera son tan intensas. Eso me preocupa, por supuesto. Sigo caminando carrera de San Jerónimo abajo, y me pregunto qué está pasando. Hasta qué punto los años, la vida que llevé en otro tiempo, los libros que he leído, el panorama actual, me hacen ver las cosas de modo tan siniestro. Tan agresivo y pesimista. Por qué creo ver sólo gentuza cuando los miro, pese a saber que entre ellos hay gente perfectamente honorable. Por qué, de admirar y respetar a quienes ocuparon esos mismos escaños hace veinte o treinta años, he pasado a despreciar de este modo a sus mediocres reyezuelos sucesores. Por qué unas cuantas docenas de analfabetos irresponsables y pagados de sí mismos, sin distinción de partido ni ideología, pueden amargarme en un instante, de este modo, la tarde, el día, el país y la vida.
Quizá porque los conozco, concluyo. No uno por uno, claro, sino a la tropa. La casta general. Los he visto durante años, aquí y afuera. Estuve en los bosques de cruces de madera, en los callejones sin salida a donde llevan sus irresponsabilidades, sus corruptelas, sus ambiciones. Su incultura atroz y su falta de escrúpulos. Conozco las consecuencias. Y sé cómo lo hacen ahora, adaptándose a su tiempo y su momento. Lo sabe cualquiera que se fije. Que lea y mire. Algún día, si tengo la cabeza lo bastante fría, les detallaré a ustedes cómo se lo montan. Cómo y dónde comen y a costa de quién. Cómo se reparten las dietas, los privilegios y los coches oficiales. Cómo organizan entre ellos, en comisiones y visitas institucionales que a nadie importan una mierda, descarados e inútiles viajes turísticos que pagan los contribuyentes. Cómo se han trajinado –ahí no hay discrepancias ideológicas– el privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 años en el escaño, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común. Cómo quienes llegan a ministros tendrán, al jubilarse, sólidas pensiones compatibles con cualquier trabajo público o privado, pensiones vitalicias cuando lleguen a la edad de jubilación forzosa, e indemnizaciones mensuales del 100% de su salario al cesar en el cargo, cobradas completas y sin hacer cola en ventanillas, desde el primer día.
De cualquier modo, por hoy es suficiente. Y se acaba la página. Tenía ganas de echar la pota, eso es todo. De desahogarme dándole a la tecla, y es lo que he hecho. Otro día seré más coherente. Más razonable y objetivo. Quizás. Ahora, por lo menos, mientras camino por la carrera de San Jerónimo, algunos sabrán lo que tengo en la cabeza cuando me cruzo con ellos.
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