Recordé tiempos mejores,
Me acordé de cuando los dos compartíamos las cosas buenas de la vida, cuando las cosas nos iban bien y no tenía la necesidad de preocuparme en el mañana, sólo importaba el ahora, el momento...
En un momento determinado nos separámos, tengo muy caro que el motivo de la separación fué ella, me empujó a tomar una decisión que creía conveniente, en aquel momento creía estar pensando con claridad, lo veía todo muy claro, estaba cansado de vivir siempre al límite, cansado de no saber qué me iba a pasar mañana, cansado de la oscuridad que no me dejaba pensar con claridad, cansado de la irresponsabilidad permanente a la que me invitaba a pasar él todas y cada una de las noches que pasamos juntos, en vela.
Ahora lo tengo delante de mí y recuerdo con una sonrisa las conversaciones que mantuvimos, los lugares que conocimos y detesto el ser en que me he convertido, un ser gris, acobardado por el día a día, temeroso de Dios, amante del orden yobsesivamente responsable, en este momento me quiero despojar de mi traje gris, de mi cartera gris y del color grisáceo que sube por mis piernas y me transforma poco a poco en lo que siempre detesté, un ser normal, que vivirá y morirá de una manera vulgar y corriente. Los inmortales no me visitarán en mi tumba, probablemente mi recuerdo se borre con ella, no le importo a nadie más.....excepto a él.
Sé que ha venido a matarme, pero en cierta manera me alegro, es como si siempre lo hubiera estado esperando, como si desde el día que me marché hubiera estado esperando su regreso, sin embargo sabía que esta vez no fallaría, me buscaría para acabar lo que comenzó.
El café está frío y él me mira fijamente a la cara, en ningún momento despega su mirada de mí, tan solo la desvía un momento para comprobar si alguna mirada indiscreta se fija en nosotros, más tranquilo me pregunta si estoy listo.
- Debemos irnos, tus hijos no te necesitan, has cumplido lo que tenías que hacer, ahora nos tenemos que marchar juntos....
- Sí, creo que te estaba buscando vámonos. Creo que he tenid más que suficiente, dame un cigarrillo y espérame tengo que llamar a alguien.
Me levanto, enciendo un cigarrillo, hacía diez años que no sentía su pestilencia en mis pulmones, pero ya me daba igual. Llamo a casa y dejo un mensaje en el contestador, corto, escueto "lo siento, me tengo que ir, podéis disponer de todos mis bienes, os quiere papá".
Vuelvo a mi sitio, él ya me está esperando en la puerta, antes de salir del local me acerco a por mi abrigo y me paro un momento delante del espejo, entonces me miro fijamente y lo noto......las cosas han vuelto donde siempre tuvieron que estar.....y me siento bien otra vez.
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