4.5.09

La comunicación de Goebbles

No sé si alguien reconocerá estas características en los discursos y las batallas políticas actuales, pero para quien no se de cuenta, están siguien los dictados de un personaje siniestro llamado Goebbles que, a pesar de ser un monstruo capaz de asesinar a sus seis hijos, fue un genio en cuanto a comunicación y control de masas se refiere.

Cuando Goebbels era el encargado de la propaganda Nazi antes de que su partido estuviera en el gobierno alemán, organizó manifestaciones y quema de libros, inclusive fue supuestamente uno de los presuntos principales autores del incendio del Reichstag.

Su función consistía en controlar todos los medios, la radio, televisión, cine, literatura, etc. Asímismo debía impedir que saliera a luz la información del exterior (muchas veces esto significaba ocultar la verdad). Era también el encargado de promocionar o hacer públicos los avisos del gobierno.

Usó mucho lo que hoy en día se conoce como el marketing social, ensalzando muchos sentimientos de orgullo, promoviendo odios y en numerosas ocasiones mintiendo y convenciendo de cosas muy alejadas de la realidad.

Ante la necesidad de un fuerte respaldo económico, Goebbles inauguró la ayuda de invierno de 1941, en la que se promovía la colaboración del pueblo y el descuento obligatorio del 10% de los sueldos.

La ayuda de invierno fue un éxito y recaudó mucho. En esa temporada, los chicos de las Juventudes Hitlerianas salían con huchas en la mano a recaudar donaciones. Otra de las singularidades de este evento se observaba en algunos voluntarios, como dibujantes rápidos que hacían retratos por 2 marcos o más.[20]

También tuvo otras técnicas y métodos, como el de hacer esperar al público alemán por las noticias en tiempos de victoria para crear un fuerte suspenso y lograr que, cuando recibieran las buenas nuevas, la alegría fuera más duradera.

A Goebbels se le atribuye mucha parte de la propaganda moderna, entre ellos sus 11 principios:

1. Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.
2. Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
3. Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. "Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan".
4. Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
5. Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.
6. Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: «Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad».
7. Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
8. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
9. Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
10. Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
11. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que piensa «como todo el mundo», creando una falsa impresión de unanimidad.

Extraido de la wikipedia

5 comentarios:

Corpi dijo...

Por desgracia, todos esos principios todavía siguen vigentes y nuestros poíticos los tienen muy presentes a la hora de vendernos la moto, aunque sea sin manillar.

ender dijo...

Toda la razon

Daniel Rivas Pacheco dijo...

Estos principios son devastadores cuando las posturas se radicalizan como pasó en la República de Weimar. No tengo ninguna duda de que esos hechos se repetirán en un futuro, puesto que es muy fácil alterar al pueblo

Señor Marron dijo...

Porque tú has dicho que eso era de Goebbles sino, te juro por Maripuri, que creía estar leyendo los estatutos de Canal 9.

Browner...Seguro? dijo...

Sr Marron, es que precisamente los jefes de los jefes de C9 son discípulos aventajados de Goebbles y sus "revolucionarias" ideas