25.1.09

De conflictos y borregos I

Hoy empiezo una serie de comentarios y reseñas sobre los conflictos olvidados del mundo. Empiezo a escribir sobre ésto, porque desde hace un par de semanas, parece que todas las personas que conozco les ha crecido de repente la conciencia social con el tema de Palestina y las grandes injusticias provocadas por Israel, me voy a guardar mi opinión sobre éste conflicto y lo único que diré al respecto es que las cosas en numerosas ocasiones no suelen ser lo que parecen.
Digo ésto porque hace algún tiempo ví en una cadena Norteamericana un reportaje sobre la opresión del pueblo vasco por parte de España y Francia, equiparando éste "conflicto" a otros similares como el Palestino (menuda barbaridad), por cierto, ésto se emitió hace tres años en la CNN.
Me gustaría ver a esa gente tan comprometida con la causa Palestina cómo se comprometen con otros conflictos que no están todos los días en las noticias y donde los "buenos" y los "malos" no tienen posiciones tan definidas para la opinión pública.

El primer conflicto del que voy a hablar es el de Darfur:

La crisis humana que vive la región sudanesa de Darfur debida al conflicto armado que mantienen el Ejército, con el apoyo de tribus árabes respaldadas por el Gobierno (Janjaweed), y los rebeldes del Ejército de Liberación de Sudán (SLA) y del Movimiento para la Justicia y la Igualdad (MJE), que reclaman más derechos para los africanos negros, se ha convertido en una de las mayores crisis de los últimos años.
Tras este enfrentamiento, que amenaza los acuerdos de paz que podrían poner fin a 21 años de guerra civil entre el norte y el sur, se esconden motivaciones religiosas y étnicas, pero sobre todo económicas.

El origen de la crisis

Los rebeldes acusan a las autoridades de Jartum de favorecer ecómicamente a las comunidades árabes del norte (islamistas), en detrimento de esta desértica región habitada por numerosas tribus de raza negra (musulmanes), así como de ejercer una fuerte represión sobre ellas condenándolas al subdesarrollo.
Ésta es la razón principal que esgrimieron el SLA y el JEM, cuando en febrero de 2003 decidieron atentar contra intereses gubernamentales, para obligar al Ejecutivo a acabar con su 'marginación histórica'. Para responder a estos ataques, el Gobierno decidió armar a los Janjaweed y les dio carta blanca para actuar.

Las consecuencias del conflicto

La política de tierra quemada llevada a cabo por las milicias árabes ha causado más de 200.000 muertos y obligado a huir de sus hogares a más de dos millones de personas, convertidos en desplazados internos dentro del país.
Otros cientos de miles de personas han huido a los vecinos países de Chad y de la República Centroafricana. Según Cruz Roja, muchos de ellos se encuentran refugiado en los campamentos del ACNUR. El resto están diseminadas a lo largo de la zona fronteriza, en condiciones extremas.
Las ONG, que llevan años pidiendo ayuda para los civiles, acusan a estas milicias de quema de aldeas, violaciones en masa, asesinatos indiscriminados y otros atentados contra los derechos humanos. El responsable de Asuntos humanitarios de la ONU en Sudán, Mukes Kapila, no dudó en comparar la limpieza étnica que sufre esta región africana, con el genocidio ocurrido hace una década en Ruanda.

Demandas de los rebeldes

El SPLA y el JEM reclaman para Darfur una parte proporcional de la tarta de beneficios de un país en el que lo ingresos del petróleo suponen el 75% de las exportaciones. También quieren una reforma política que otorgue mayor protagonismo y autonomía a la región y participar en el proceso de paz.
El 5 de mayo de 2006 , el principal grupo rebelde de Darfur y el Gobierno de Sudán alcanzaron un acuerdo de paz "con reservas". Sin embargo, otras dos formaciones disidentes se negaron a firmar el tratado.
El 31 de julio de 2007 el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad el envío de una fuerza de pacificación a Darfur para proteger a los civiles desplazados. Tres días después, ocho facciones rebeldes se reunieron en Tanzania para negociar conjuntamente un acuerdo general de paz con el Gobierno de Jartum, que podría dar sus frutos en otoño.
La respuesta internacional
Amnistía Internacional (AI) ha instado a la Comunidad Internacional a adoptar medidas de protección para los miles de desplazados de Darfur. La organización pide ayuda material y económica para las víctimas de la guerra y acusa al Gobierno de Jartum de obstaculizar el acceso a los suministros médicos y alimentos, así como de minimizar las repercusiones de la crisis.
Por su parte, Médicos Sin Fronteras ha denunciado reiteradamente el estancamiento de esta crisis olvidada, que afecta ya a toda la región.
El Consejo de Seguridad de la ONU acordó sancionar a Sudán si no toma medidas para acabar con esta situación, pero el conflicto se extiende y aumenta el número de damnificados, ante la impotencia de las organizaciones humanitarias.

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