Este fin de semana alquilé una película que para mí siempre había pasado desapercibida "En búsqueda de la felicidad", con el amigo Will Smith. Me pareció soberbia, previsible, pero soberbia.
Películas como esta hacen que recordemos el valor de las cosas, de la felicidad en nuestras vidas, que valoremos nuestros éxitos y fracasos, y que tiemble la frivolidad con que muchas veces manejamos el dinero y comprendamos la relatividad de su valor, que 5 dólares pueden ser un tesoro o una propina sin importancia. Pero sobre todo la lectura que debemos sacar en claro es que la felicidad no está en todo eso, sino que habita en nosotros y sólo hay que saber hacerla flotar en la superficie. Como podréis ver, a nuestro protagonista, la felicidad no se la dió ni se la quitó el tener una casa, un coche, comida, ropa y demás utensilios de la vida cotidiana. La felicidad se la dió conseguir su objetivo, lograr aquello por lo que había estado luchando y por aquello en lo que creía.
Como decía DiCaprio en “La Playa”, el paraiso no es un lugar donde puedas ir o buscar, porque no es donde estás, sino como te encuetras en un momento dado de tu vida y si encuetras ese momento, será para siempre.
No dejéis de ver “En busqueda de la felicidad”, por lo menos os enriquecerá durante el resto de ese día, algunos querréis ser padres, otros unos padres mejores, sin embargo en otros despertará un espíritu emprendedor u os hará recobrar viejos sueños y promesas sin cumplir. En otros casos valoraréis vuestra vida más de lo que lo hacíais u os abrirá los ojos ante una realidad que desconocíais.
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