22.6.07

misterios

Immaginémonos por un momento que vas a trabajar y tu oficina no existe, o que te levantas un día por la mañana y tu mujer no existe, estás solo, todo lo que hay a tu alrededor comienza a perder el sentido que tenía el día anterior. Donde estaba aparcado tu coche te encuentras con una moto que pertenece a otra persona, lo lógico sería que te preguntaras dónde se encuentra todo aquello que de la noche a la mañana han desaparecido, pero sin embargo lo que el 99 por ciento de las personas harían es seguir como si la cosa no fuera con ellos hasta que la situación se normalizara y todo volviera a su lugar original. Pero ese día la situación no se va a normalizar y cuando te acuestas y vas a darle un beso de buenas noches a tu hija descubres que no es una niña, sino un niño, sin embargo apagas la luz y te acuestas pensando en que probablemente estás demasiado cansado para pensar en qué está pasando y que seguramente la ansiedad y el estrés que sufres en un trabajo que por un día dejó de existir han afectado a tu cabeza.
Al día siguiente desayunas y lo ves todo igual que hace dos días, la rutina vuelve a apoderarse de ti y una sensación de satisfacción y seguridad te devuelve los ánimos (probablemente por las endorfinas que produce tu cerebro para celebrarlo).
Solamente un 1 por ciento de las personas se preguntarían porqué todo lo que creían real hasta el momento había desaparecido de la noche a la mañana. Solamente uno de cada cien tendrá la curiosidad suficiente para intentar descubrir este misterio que creo que a todos nos pasa en algunos momentos de nuestra vida.
Un día hace algunos años me levanté y tuve esta experiencia, de repente mi coche no era mi coche, mi mujer no era mi mujer, y mi hija era un perro. En un primer momento pensé que estaba loco o que había tomado demasiada cafeína, más adelante descubrí que era realmente lo que me pasaba, el misterio se resolvió con tan solo cinco minutos de librepensamiento mirando a mi flamante mercedes convertido en un hueco para aparcar en medio de la calzada, la realidad y la solución a este misterio era que mi vida no era mía, la había cogido prestada, estaba viviendo una vida ajena a mí y sólo fuí consciente durante unas horas.
Me había convertido en un Ulises, esta vez engatusado por el canto de las sirenas, lo tenía todo, pero a su vez, no necesitaba nada de lo que tenía. Desde entonces observo las cosas desde una perspectiva distinta, me dí cuenta de que en numerosas ocasiones las personas vivimos vidas que no nos corresponden, vidas de otros, que, a su vez viven las que nos correspondían a nosotros. Quien no ha tenido en algún momento de su vida la sensación de que necesitaba escapar de su entorno, que todo aquello por lo que había luchado no le servía de nada, que la sensación de vacío no iba a desaparecer por mucho que la ignorara.
Actualmente las cosas han cambiado, supe aprovechar mi momento y recuperé la locura, sí la locura, porque a veces me pregunto si tenía razón el poeta alemán Heine cuando decía "la verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca".

No hay comentarios: